Al momento de hacer renovaciones, solemos prestar mayor atención al interior que al exterior de nuestras viviendas. Tiene lógica, pues es ahí donde transcurrirá la mayor parte de nuestro tiempo en casa; sin embargo, conservar una fachada hermosa y en buenas condiciones, no solo nos hará sentir orgullosos, sino que incidirá en el valor del inmueble. Así que también tiene un aspecto práctico.
Ya sea que lo hagas por el valor que aporte a tu propiedad o por el placer de tener una casa atractiva, es importante darle un estilo que vaya acorde con la construcción. Así que debes tener en cuenta precisamente eso: la forma básica del exterior -¿es una construcción de fachada plana y sin ninguna gracia?-.
Copia el estilo de las casas victorianas: ¿Es una casita rodeada de espacios verdes? Tal vez puedas darle un aire campestre ¿Tu modo de vida es ecoamigable o te apasiona el Oriente misterioso? Sin duda podrás reflejar tu propio estilo en los diseños.
Aquí verás ejemplos de fachadas externas, muy diferentes entre sí y estoy segura de que podrás encontrar entre todas ellas la que mejor funcione para tu propiedad. Anímate a ponerle cariño al exterior de tu vivienda.
Conservando sus típicos materiales de construcción, como la piedra, el barro, la laja, los techos de paja, la cañabrava y la madera, las nuevas casas rurales ahora están pensadas para el descanso en comunión con la belleza de la campiña, sin dejar de lado los beneficios de las construcciones modernas. Los exteriores se renuevan y las fachadas se abren al espacio circundante mucho más de lo que lo hacían en el pasado, para poder disfrutar de la belleza de la naturaleza.
Los techos inclinados tan característicos de estas construcciones, son mucho más resistentes, pero siguen revistiéndose de materiales tradicionales como tejas de barro cocido, palmas y madera, que le aportan todo su encanto rural. Su altura, así como la amplitud de sus ventanales son piezas claves del diseño para permitir la entrada de abundante luz en todos los espacios internos del hogar. Imprescindible tomar en cuenta el área exterior de este tipo de construcción, abierta a la naturaleza, muy amplia y cómoda y siempre resguardándose bajo un amplio alero para disfrutar de la vida campestre a salvo del sol y de la lluvia, con un toque de modernidad.
Los techos inclinados tan característicos de estas construcciones, son mucho más resistentes, pero siguen revistiéndose de materiales tradicionales como tejas de barro cocido, palmas y madera, que le aportan todo su encanto rural. Su altura, así como la amplitud de sus ventanales son piezas claves del diseño para permitir la entrada de abundante luz en todos los espacios internos del hogar.
Imprescindible tomar en cuenta el área exterior de este tipo de construcción, abierta a la naturaleza, muy amplia y cómoda y siempre resguardándose bajo un amplio alero para disfrutar de la vida campestre a salvo del sol y de la lluvia, con un toque de modernidad.
Geometría de líneas simples y austeras, en esta fachada clásica. Techo y fachada del mismo color.
Si bien por estos lados del mundo no vemos muchas casas que tengan el aspecto de las casas victorianas, lo cierto es que podemos perfectamente darle esa apariencia a casi cualquier construcción de características similares. Fachadas rectas, planas, sin ornamentos y muy simples, pueden transformarse en atractivas viviendas de estilo tradicional.
Lo mejor de este estilo es que es verdaderamente muy sencillo y, por lo mismo, muy elegante. Tomen nota de estos detalles, para reproducirlos en sus propios inmuebles: La puerta de entrada principal guarda proporción con el resto de las aperturas tanto en tamaño como en forma, sin más adorno que su contraste de color oscuro junto al terracota de los ladrillos del revestimiento.
Las ventanas enmarcadas en un tono de gris muy ligero, dejan pasar la luz a través de sus cristales, tras los cuales se resguardan sencillas contraventanas en color blanco. El techo a dos aguas aporta una nota de distinción con sus coloridas tejas que le dan frescura.
Como dice el refrán, “De todo hay en la viña del Señor”, no podemos olvidarnos de aquellos para quienes las milenarias enseñanzas del Feng Shui guían sus pasos a la hora de elegir el estilo de sus nuestros hogares.
El Feng Shui nos enseña acerca del flujo de las energías y como influye en las edificaciones y las personas que las habitan. Los 4 elementos: agua, viento, fuego y madera deben ser considerados y armonizados para que, además de estéticamente hermosa, una vivienda sea un lugar placentero para habitar. Hay que tener en cuenta la posición de los elementos naturales que rodean la edificación para que el flujo del Chi (o energía vital) sea el adecuado.
Aquí podemos observar un increíble ejemplo de arquitectura de vanguardia, con impactantes techos en voladizo y formas intricadas.
Si tu casa es de líneas modernas (o al menos, “modernizable”) toma nota de los detalles que traerán tu construcción al nuevo milenio. Para lograr el estilo de esta fachada, debes tener en cuenta el uso y la mezcla de acabados. Una construcción de estilo moderno siempre tendrá sus acabados en obra limpia en prácticamente todas sus paredes y planos verticales. El uso de materiales como el vidrio y acero es otra constante en este tipo de edificaciones y se utiliza en abundancia. No pueden faltar los amplios ventanales que se abren orgullosos en la fachada y permiten el paso de la luz a todas las estancias. Por otra parte, las áreas exteriores tendrán pequeños o grandes toques bien cuidados de vegetación, dependiendo de la superficie disponible, para alegrar con sus colores y frescura los espacios circundantes.
Complementa con iluminación utilizando las luminarias adecuadas y muebles que vayan acorde con el estilo. Tu casa no tiene porqué ser enorme ni estar recién construida para copiar este estilo. Sólo fíjate en si le quedará bien.
Un estilo que está muy en boga hoy en día, es el minimalista. Las viviendas de este estilo son de líneas simples, precisas. Sin detalles extravagantes que llamen la atención ni volutas ni hierros forjados. Son volúmenes compactos, en donde se aprovecha inteligentemente hasta el último centímetro del espacio, pero de una belleza impactante en su sencillez.
Aquí tenemos un maravilloso ejemplo de fachada en una construcción minimalista: una caja rectangular, sin recovecos, a la que se le han abierto puertas y ventanas y se ha agregado un porche de entrada. Son los ingredientes de la receta de diseño que se tomaron para dar vida a esta estilizada casa, en donde las líneas puras y los ángulos rectos se combinan en un armonioso y bien pensado conjunto. Todo perfectamente fusionado con su entorno natural.
De apariencia descomplicada, sin adornos llamativos ni exagerados que resalten a la vista, pero con espacios interiores que parecen ser más grandes que la casa misma, esta construcción es una joya de delicado diseño que vale la pena tener en cuenta cuando no disponemos de un gran terreno y queremos aprovechar al máximo su potencial. Ideal para quienes aman lo práctico y a la vez, hermoso.
En la foto tenemos un hermosísimo ejemplo de construcción moderna que toma en cuenta sus recomendaciones, donde el elemento agua, que se considera beneficioso, es el protagonista del entorno de esta vivienda rodeada de naturaleza. Podemos observar como los árboles se alinean de forma que no interrumpen la vista de la entrada. Un dato interesante dentro de esta filosofía, es que las formas cuadrangulares son más fáciles de armonizar que las circulares; por ello, prescinda de su uso en la fachada de su vivienda.
Vivir en un clima tropical es un lujo que hay que aprovechar.
Y tratándose de estilos tropicales, hay tantos como playas de cálidas arenas, por lo que si te llama la atención hacer que tu casa se vea como situada junto al agua, encontrarás muchas opciones que te dejarán adaptar tu vivienda para que luzca como bañada por el mar.
Para una fachada de este estilo, apuesta por revestimientos de colores claros y en materiales como la madera y la caña. Infaltables los porches a la sombra, con hamacas que inviten al descanso. Siempre será preferible tomar algo que ya existe y convertirlo en lo que deseamos, con unas pequeñas reformas y adiciones.
La casa que vemos, es una antigua construcción que servía como depósito y se ha renovado utilizando materiales de la localidad. Cuenta con un cuidadoso diseño para hacerla más eficiente desde el punto de vista energético, manteniéndose fresca o cálida según se requiera, de modo natural. Como ves, se trata de una construcción muy sencilla, con cristales sustituyendo las paredes para poder admirar el paisaje circundante.
¿No te parece una hermosa inspiración para disfrutar de la vida cerca de canales de agua o junto a la playa?
Es un hecho: pocas casas son tan acogedoras como las de estilo colonial. En nuestros pueblos abundan ejemplos de este tipo de construcción, con el que nos sentimos tan a gusto.
Las blancas fachadas exteriores de las casas de estilo colonial son características, con sus enormes portones de doble hoja y sus ventanas de sólida madera escondidas tras rejas de hierro forjado e intrincadas celosías que impiden las miradas indiscretas hacia su interior.
Estas construcciones, por lo general, se mantienen conservadas de acuerdo a como lo dictan los lineamientos urbanos y no es mucho lo que se pueda hacer para modificar su apariencia ¡Afortunadamente! En su parte interna, constan de frescos patios y corredores flanqueados por robustas columnas, donde podemos sentarnos a disfrutar de los jardines internos y de la compañía de seres queridos.
Puedes llevar toques de inspiración colonial a tu casa (incluso, a tu apartamento), con los colores terrosos de sus paredes, las columnas de inmaculado blanco y las barandas de hierro forjado. Detalles en terracota roja, caña brava y madera, nos remiten a tiempos de travesuras infantiles en casa de los abuelos.