¿Qué es el minimalismo? Es un estilo o corriente estilística en el diseño, la arquitectura y el arte que ha venido influyendo la forma de vida de muchas personas alrededor del mundo desde su popularización, en la década de los 80 y 90.
Este estilo consiste en:
- Reducir al mínimo los componentes y elementos que conforman tanto las estructuras, en el caso de la arquitectura, como la decoración y el trazo en el caso del diseño y el arte.
- Deja fuera la ornamentación y el detalle que no sea básico e indispensable.
- La premisa es enaltecer el orden, la limpieza y la simplicidad, en un escenario lleno de luz y libertad.
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Aquí encontrarás un poco de información sobre sus características, los principales precursores del movimiento en nuestro país, diseños de espacios como recámaras o cocinas, decoración de interiores y mobiliario. ¡Sigue con nosotros!
Porque menos es más. El contar con menos cosas implica cargar con menos peso, vivir más ligero, preocuparse menos por el detalle y enfocarse en la esencia. Todo esto suena muy filosófico y profundo, y esa es precisamente la idea del estilo minimalista, trascender, ir más allá del simple diseño de un espacio y ser la manifestación física y espacial de una filosofía de vida.
- La obra o el diseño sólo deben mostrar color, forma y textura.
- Debe haber una economía en el detalle y los elementos.
- Los materiales tienden a usarse de forma natural, en su apariencia real.
- Austeridad, ausencia de ornamentos.
- Orden y sencillez.
- Formas y líneas puras, geométricas.
- Precisión en los acabados.
- Superficies y espacios monocromáticos.
El que un diseño interior, arquitectónico o decorativo sea minimalista, no significa que sea monótono y sin gracia, ¡al contrario!
Un interior minimalista debe ser sorprendente. Un espacio amplio y abierto, con pocos muros, los menos posibles, los muebles necesarios y mucha, mucha luz entrando a través de grandes ventanales abiertos. Los materiales deben mostrarse desnudos, como el piso de cemento pulido o las paredes, escalera o cielo de concreto aparente. La luz artificial debe ser tenue y difusa, y las superficies de los muebles lisas y claras, de preferencia blancas.
Una pieza central con formas geométricas sorprendentes, como la escalera mostrando su ángulo natural o cambios de niveles en el techo, le darán ese movimiento apenas perceptible pero eficaz.
¿Quien puede ayudarte a diseñar un interior minimalista? Un arquitecto de interiores o un diseñador de interiores.
El diseño minimalista es, ante todo, funcional. En pocos elementos, el lugar o el objeto deben proporcionar fluidez, un uso correcto y un buen funcionamiento al usuario. Por ello, los muebles de corte minimalista suelen ser multifuncionales, para proporcionar diversos usos sin ocupar más espacio.
- Las zonas de estudio pueden albergar un simple nicho con escritorio y gavetas sin manijas, repisas ni ornamentos más que el brillo de la melamina blanca.
Una recámara minimalista debe proporcionar descanso, ser un remanso de paz en todo momento. No deben tener el armario a la vista, diversidad de cuadros ni ropa de cama con diferentes estampados. Debe en cambio contar con un clóset discreto, una cama, un buró si es imprescindible y, si es el caso, una zona de trabajo.
Las ventanas con cortinas abiertas son básicas. No todo debe ser blanco pero de preferencia sí monocromático, un color gris claro puede proporcional la neutralidad necesaria para el sueño.
No se necesita una terraza con piscina, bosques, pérgolas y tumbonas por doquier para disfrutar de una deliciosa tarde departiendo con la familia. Para disfrutar de una terraza o balcón, permite que sea el paisaje el que luzca, que se deje ver y se admire. Un juego de sillas modernas, dos o tres palmeras y vistas increíbles… no se necesita más.
Concreto aparente, acero, vidrio y un estilo industrial minimalista que luce perfecto precisamente porque es tan simple que se desvanece ante el hermoso paisaje.
Las cocinas de estilo minimalista ¡son punto y aparte! Sus diseños exigen mucha creatividad, pues lograr tener suficiente espacio para almacenar, preparar, guardar, secar, cocinar y servir y que sólo se vea una meseta blanca y un gabinete ciego ¡es todo un reto!
Las cocinas minimalistas lucen muy elegantes, sus líneas rectas, formas puras y colores sólidos las hacen lucir siempre impecables, limpias, perfectas.
La sala de corte minimalista no debe hacer derroche de decoración. Un piso lindo de madera, un cielo de concreto aparente, un juego de sillas del mismo color y un par de cuadros es suficiente para albergar un espacio de convivencia. Sin embargo, la atención debe centrarse en un punto lleno de movimiento, de luz y color: el exterior.
Ya sea que la sala dé hacia el entorno o la calle, hacia el horizonte lejano o simplemente al jardín, esta debe ser la imagen principal, permitir la entrada de luz natural y compartir las vistas. La desnudez del interior sólo tiene sentido si enmarca la belleza de la naturaleza.
Y así con todos y cada uno de los espacios que sean concebidos en este interesante y hermoso estilo.
La arquitectura ha sido un campo del diseño en donde el minimalismo se ha encarnado más visiblemente. El diseñar con líneas puras, utilizar materiales al desnudo, dejar espacios amplios y abiertos y generar distribuciones a partir de la luz, ha permitido a los arquitectos y diseñadores mexicanos superar un reto en donde el diseño del espacio sea tan preciso, tan perfecto, que no se perciba.
La luz es el punto central en la arquitectura minimalista, a partir de ella los espacios se suceden y la vida, tanto al interior como al exterior de las edificaciones, gira alrededor de ella. Los principales precursores de este estilo en México han sido Enrique Norten, Bernardo Gómez Pimienta, Teodoro González de León, Mathias Goeritz y, por supuesto, Luis Barragán, algunos de ellos también precursores de la Arquitectura Emocional.