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Los vinilos han llegado para quedarse, en los últimos años, acompañados por la tendencia de que las viviendas no son eternas, la decoración se ha simplificado, y no estamos hablando de un estilo simple, sino del modo en que se hace, podemos pintar paredes, es cierto, pero podemos lograr el mismo efecto de querer cambiarle la cara a una habitación con un vinilo especialmente diseñado para la pared.
En dormitorios, cocinas, baños, livings e incluso en la puerta de entrada de nuestra casa, los vinilos pueden ser un gran aliado para generar un estilo de manera económica y sin hacer ninguna reforma en el hogar. No te pierdas ésta guía para que te animes a adoptar ésta nueva tendencia que permite decorar y redecorar tus ambientes mil veces.
Los vinilos son los elegidos por diversos motivos, en primer lugar son originales, no hay dudas que pegar un sticker en la pared es algo novedoso, es una manera juvenil de decorar aunque eso no implica que siempre que peguemos vinilos adoptemos un estilo jovial, sino que existen vinilos para todos los gustos, incluso se pueden diseñar con las imágenes que más nos gusten.
La colocación es simple ya que no se precisa más que paciencia, los vinilos vienen con pegamento, por lo que lo único que debemos hacer el elegir el lugar dónde colocarlo y pegarlo. Cuando nos cansemos, o incluso si nos equivocamos, podemos despegarlo sin dejar rastros en la pared, lo cual es una ventaja, podemos despegarlos y pegar alguno nuevo si nos aburrimos, hay un abanico de posibilidades. La decoración que se crea puede llegar a cambiar la cara de una habitación y no perdemos lugar físico, ya que es una decoración en dos dimensiones.
Antes de pegar el vinilo lo ideal es que lo midamos bien y elijamos la pared y la posición donde lo colocaremos, tengamos en cuenta que la pared sea lisa y que no haya cerca alguna fuente de calor. Luego de esto podemos hacer la prueba acercando el vinilo a la pared para calcular bien dónde pegarlo, previniendo que no quede torcido.
Debemos asegurarnos de que, además de que la pared no sea irregular, esté limpia, libre de polvos y cualquier resto. Para esto podemos limpiarla con una esponja o paño húmedo, es fundamental que la pared quede lisa, sin ninguna basurita ya que de ésta manera procuramos que el vinilo, una vez pegado, no sólo quede más prolijo sino que evitamos que se empiece a despegar debido a que quedó mal pegado.
Los vinilos pueden venir de dos maneras: algunos vienen en una plancha tipo sticker, que lo único que debemos hacer es despegarlos de ahí y pegarlos en la pared, uno por uno si son varios. Ésta manera es más simple aunque si es un vinilo grande se complica más y seguramente necesitamos de la ayuda de alguien. Hay que despegar pieza por pieza y pegarlo en la pared, si bien existe la opción de despegarlo y volverlo a pegar, lo mejor es hacerlo de una vez, si es necesario, podemos marcar suavemente en la pared, guías que nos indiquen dónde pegarlo y hacerlo desde un extremo a otro, nunca todo junto, para evitar la formación de esas burbujas molestas. Lo mejor será utilizar una regla o una espátula firme que nos permite ir “alisando” el vinilo mientras lo colocamos, dándole además más firmeza y fijación. En caso que sean varias figuras lo mejor es pegar primero las más grandes para luego ir sumándole las más pequeñas y que quede en armonía. Los de Mush Home sin dudas son de los más originales.
Otros vienen con doble lámina, una donde trae el vinilo y es siliconada, y la otra es la que nos ayuda a transportarlo y es transparente.
Si el vinilo que vamos a pegar consta de dos láminas hay varios pasos que nos ayudarán a pegarlo con más prolijidad. En primer lugar podemos utilizar una cinta de empapelar para colgar el vinilo (con la lámina transparente en la cara exterior) de manera de asegurarnos una ubicación recta y precisa, luego de esto procedemos a quitar la lámina siliconada manteniendo el vinilo todavía alejado de la pared. Ésta parte debemos hacerla con cuidado ya que el resto del vinilo queda sin protección y cualquier movimiento errado hará que se pegue en otro lado.
Una vez que tengamos el vinilo ya listo para pegar lo mejor será, dependiendo del modelo, empezar a pegar desde un extremo (izquierda, derecha, superior o inferior) o desde el centro y comenzaremos a fijarlo con la espátula, asegurándonos que se pegue bien, especialmente si el diseño tiene pequeñas piezas, que se pegue firmemente evitando la formación de burbujas o arrugas.
Una vez que nos aseguramos con la espátula que el vinilo esté bien pegado sobre la pared resta sacar la lámina que trae el adhesivo. Lo más conveniente es sacarla despacio ya que el vinilo está recién pegado pero puede irse alguna parte con la lámina.
Una vez que la sacamos sólo resta mirarlo y admirarlo, una obra de arte, un objeto de decoración, incluso un cabecero para la cama en pocos segundos y en poco espacio.
Los vinilos vinieron para quedarse, sin dudas es una opción que nos encanta y que, dentro de ella, nos brinda un abanico de posibilidades, no perdamos la oportunidad y sumémosle a nuestro hogar estilo y decoración en unos pocos pasos.
Si te gustó ésta idea de decoración seguramente quedarás fascinado con: Vinilos, 10 diseños fuera de serie.
