5 chalets de lujo en Madrid

Belén F. Escribano Belén F. Escribano
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La eterna lucha entre vivir en Madrid o en cualquier ciudad más pequeña de cualquier otra provincia es un clásico entre clásicos. Porque Madrid es sinónimo de atascos, ingentes cantidades de gente recorriendo las calles atropelladamente y eternos bloques de viviendas donde las casas se apilan unas sobre otras formando un inmenso Tetrix urbano. Pero las apariencias engañan, e igual que nos equivocamos al pensar que cualquier ciudad a las afueras de la capital es prácticamente campo, Madrid no sólo es colapso y ajetreo. A veces, si sabemos dónde buscar, podemos encontrar auténticos remansos de paz. He aquí una selección de algunos chalets de la capital como prueba de ello.

El chalet con las mejores vistas

Por último, y no por ello menos importante, una vivienda que fue creada como consecuencia de un entorno natural que requería una casa con inmejorables vistas. Y precisamente las vistas son las que llevan a que la construcción de la vivienda sea de forma alargada –como podemos observar en la imagen- de forma y manera que desde cada una de las estancias se pueda disfrutar de todo lo que ofrece el espectacular paisaje.

Porches infinitos

El acceso se produce por la planta superior y desde el mismo sólo se puede apreciar un único módulo blanco, es desde el otro lado donde podemos observar el imponente alzado que deriva en un porche elevado sobre una caída del entorno, donde la piscina parece el límite fronterizo con la naturaleza. El resultado no puede ser más salvaje y más fresco. Todo un canto a la naturaleza y a la serenidad que da poder disfrutar de una vivienda que –pese a simular ubicarse en medio de la nada- realmente se encuentra cerca de todo.

Un chalet de corte minimalista

Al más puro estilo Le Corbusier, este chalet de fachada majestuosa y corte minimalista es la creación del arquitecto Borja Rodríguez. Toda una oda al minimalismo desde cada uno de sus vértices que ensalza la belleza de las líneas simples y puras combinadas con el blanco como rey y señor del terreno. Esta imagen de la fachada nos muestra una suave inclinación del terreno con la que el arquitecto ha sabido jugar colocando el chalet en el punto más alto y dejando que el jardín sea el protagonista de la caída.

Disfrutar de un buen jardín

Un jardín que recuerda mucho al estilo italiano. El enorme pórtico que le da la bienvenida da lugar a un amplio espacio dedicado por entero al disfrute y ocio en familia. La cristalera que da pie al salón es corredera, permitiendo en temporada de buenas temperaturas unificar interior y exterior hasta el punto de que parezcan uno sólo. Algo que no es otra cosa que una de las máximas del minimalismo: el todo por encima de la partes. Si nos fijamos en el pavimento, termina por extenderse en bandas hacia el césped logrando la fusión de ambos hasta no saber qué fue primero, si el huevo o la gallina.

En la sencillez está el truco

En su interior, el blanco y el negro son los protagonistas, dando lugar a la simpleza más absoluta pero tratada con la máxima elegancia. Buen ejemplo de ello es la cocina que destaca, además de por su inmensidad, por la enorme isla que culmina en una mesa de corte vanguardista donde las sillas aportan el toque definitivo.

Una vivienda de líneas puras y suaves, que emana luz desde cualquier punto gracias al blanco de la misma y que demuestra aquello a lo que hacíamos referencia en un principio: es posible encontrar paz, espacio y, por qué no, diseño en la capital

Una vivienda de aspecto rudo

Un poco más a las afueras, pero a tan sólo unos minutos de Moncloa –uno de los puntos de acceso más conocidos- se encuentra Pozuelo de Alarcón. Hogar de esta espectacular vivienda unifamliar que hará las delicias de los más apasionados por el último grito en diseño. Una casa de dos plantas donde cada perspectiva recobra un significado completamente independiente de las demás. De este modo, la fachada nos presenta una entrada bastante sobria y hermética de tonos oscuros y un juego cromático que diferencia perfectamente la zona de estar, salón y cocina del piso de arriba donde se encuentran ubicados los dormitorios.

Con un jardín con mucho encanto

Sin embargo, a medida que nos adentramos y vamos descubriendo más, encontramos que la fachada trasera es completamente antagónica al alzado delantero y mucho más abierta. Esta vez predomina una fachada acristalada enmarcada en piedra que comunica el interior con el exterior de una forma mucho más completa. El diseño del jardín tiene un corte muy moderno que radica principalmente en la estructura de piedra que sobresale del porche como un gran marco sobre el jardín, y toda la madera que rodea la piscina separándola del césped.

Salón con vistas

Pese a todos los elementos distintos que podamos encontrar, el corte de la vivienda es más bien sencillo y con él se pretende, sobre todo, destacar la personalidad de quienes viven en ella. El elemento principal sin duda es el jardín, que forma parte esencial de la decoración del salón dando lugar a una pared enteramente acristalada que no sólo permite disfrutar del paisaje desde dentro sino de todo un foco de luz natural que para muchos es un mundo.

El chalet más oculto

homify Minimalist Evler

En San Lorenzo del Escorial se ubica esta vivienda tan peculiar que combina el formato habitual de cualquier chalet que podamos encontrar en la periferia de Madrid –techo de teja inclusive-, con una sala acristalada que se eleva sobre el jardín y que aporta el toque vanguardista al diseño. Tres plantas que nada tienen que ver la una con la otra. Para empezar, la primera se encuentra prácticamente enterrada y que sólo puede observarse desde la entrada de la casa. Una entrada que parece querer ocultarse entre la vegetación y que si bien ya insinúa parte de lo que nos vamos a encontrar, no termina por contarlo del todo.

Donde la madera es la reina

homify Minimalist Evler

El entorno natural que rodea este chalet, con sequoias, de las cuales más de una tendrá más de cien años, fue la excusa perfecta para dar pie a este porche alzado y revestido con la madera de la corteza que la rodea. ¿El resultado? Una combinación maestra de estilos que permite unificar el jardín con el porche utilizando la madera como nexo y que permite además dar al interior de la vivienda mayor luminosidad y conexión con el exterior. El juego de desniveles es el toque definitivo para este chalet tan atípico que seguramente levante la mirada de más de un curioso.

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